3. Contacto con escuelas y reclutamiento de instituciones participantes

Desde SUMMA, también destacamos la importancia de devolver a las instituciones participantes los resultados que surgen a partir de la información recolectada. Así como las instituciones educativas colaboran aplicando instrumentos y compartiendo datos, es esencial que reciban los resultados y análisis relevantes sobre la intervención.

Lecciones desde la práctica

Ejemplo aplicado – Proyecto Anglo-Impacto: En el proyecto Anglo-Impacto, que te mencionamos en los módulos anteriores, desde SUMMA trabajamos con 11 escuelas durante cuatro años. A lo largo de este proceso, recopilamos diversas lecciones sobre: 

• Contacto y vinculación con las escuelas

Desafíos: Entre los principales desafíos de la evaluación y el proceso de levantamiento de información, identificamos una marcada fatiga institucional. Las escuelas mostraban signos de cansancio frente a estudios extensos, lo que podía reducir su disposición a seguir participando. Además, estos procesos generan inevitablemente un impacto a nivel operativo y organizacional: incluso con protocolos centralizados o simplificados, la recolección de datos implica una carga adicional que afecta el funcionamiento interno de las instituciones educativas.

Aprendizajes: Uno de los aprendizajes clave es la necesidad de retribuir el esfuerzo de las escuelas participantes, yendo más allá de la simple entrega de resultados. Es fundamental distinguir entre devolución (entrega de resultados procesados) y retribución (aportaciones adicionales, como talleres o materiales para los docentes). La retribución no solo reconoce la participación en las evaluaciones, sino que busca contribuir al uso efectivo de la información generada y al proceso de mejora educativa.

Asimismo, resulta esencial construir relaciones cercanas y empáticas con cada escuela para realizar un trabajo de campo de calidad. Esto implica conocer sus realidades y problemáticas, comprender sus tiempos y necesidades, y adaptarse a sus particularidades. De manera concreta, esto se traduce en: adaptar el canal de comunicación a las preferencias de cada escuela (correo electrónico, WhatsApp, llamadas o visitas); compartir un calendario anual con las fechas clave de recolección de datos y entrega de informes; y simplificar al máximo el proceso de levantamiento, reconociendo siempre la carga adicional que supone para las instituciones.

Por último, esta actitud empática debe reflejarse tanto en el equipo central como en quienes implementan las pruebas en terreno. Es fundamental seleccionar adecuadamente los perfiles y capacitarlos para que su labor apoye a las escuelas, evitando generar sobrecarga.

• Consideraciones para la devolución de resultados

Durante el proceso, optamos por devolver resultados tanto a las escuelas de tratamiento como de control. Para el caso de las escuelas de tratamiento, la devolución de resultados implicó desafíos porque no se podía alterar/sesgar el estudio con la información compartida, pero tampoco se podía avanzar sin devolver a las escuelas la información que habían brindado. A continuación compartimos qué observamos y qué aprendimos con relación a este proceso.

Desafíos: Es importante hacer una distinción conceptual entre devolución y retribución, ya que ambas cumplen funciones diferentes. La devolución consiste en entregar a las escuelas los resultados de las evaluaciones realizadas; es decir, devolver de manera procesada la información que previamente se extrajo. En cambio, la retribución corresponde a una entrega adicional, material o de recursos, que no solo reconoce la participación en las evaluaciones, sino que busca contribuir al uso de la información generada y a la mejora educativa. Un ejemplo de esto puede ser la realización de talleres para docentes sobre prácticas efectivas.

Otro desafío es la tensión ética-metodológica que se presenta entre la obligación ética de compartir los resultados y el riesgo de sesgar el estudio, especialmente en el caso de los grupos de control. A ello se suma la necesidad de aprovechar la oportunidad temporal, esto implica que la devolución debe realizarse mientras los datos aún puedan influir en la gestión escolar, es decir, mientras los estudiantes permanecen en las escuelas y sea posible actuar a partir de la información. Esto resulta particularmente relevante en estudios extensos. Por último, se observa la dificultad de utilizar los datos al interior de las instituciones. Los equipos directivos, en general, no cuentan con el tiempo ni los recursos necesarios para compartir los resultados con los docentes y utilizarlos en su gestión.

Aprendizajes: La comunicación oportuna y transparente de los resultados provisionales a las escuelas es clave, aunque no exenta de desafíos. Esto requiere adecuarse a las características de la audiencia al momento de la devolución: seleccionar la información que resulta más relevante, explicar los aspectos técnicos necesarios y considerar los tiempos requeridos para leer y comprender los resultados.

Para asegurar que la devolución ocurra en tiempo y forma, es necesario fortalecer las capacidades técnicas al interior de las instituciones responsables de las evaluaciones. Esto implica, por ejemplo, ampliar el equipo de análisis de datos para poder manejar el volumen de información generado. Asimismo, es fundamental enmarcar a las escuelas como participantes activos de la investigación y no solo como sujetos de estudio, fomentando el diálogo sobre los resultados. Finalmente, es importante avanzar en la estandarización de los procesos de devolución de resultados, tanto para los grupos de tratamiento como para los grupos de control.

Al finalizar la evaluación tenemos previsto retribuir a las escuelas de control. 

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