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Curso: "Evaluar para Mejorar: Fortaleciendo la cultura de la evaluación en América Latina y el Caribe"

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1. Panorama de la evaluación de programas y políticas educativas en Latinoamérica y el Caribe (LAC)

 

1.1 ¿La revolución de la evidencia?: tendencias globales y su influencia en LAC

Durante las últimas décadas, el campo de la evaluación ha atravesado una transformación profunda a nivel global. Tal como plantea Howard White (2019), este proceso puede entenderse a través de cuatro grandes olas que han marcado el desarrollo de una “revolución de la evidencia”: desde la incorporación de indicadores de resultados en la gestión pública, pasando por la expansión de las evaluaciones de impacto rigurosas, hasta la consolidación de revisiones sistemáticas y la creciente institucionalización del uso de evidencia en las decisiones de política pública.

Estas transformaciones no han sido lineales ni homogéneas, pero reflejan una evolución general hacia un modelo más estructurado, riguroso y orientado al uso de la información para mejorar las políticas. En particular, la cuarta ola, centrada en el uso práctico de la evidencia por parte de tomadores de decisiones, representa un desafío aún pendiente en muchos contextos, especialmente en regiones como América Latina y el Caribe, donde la distancia entre el conocimiento producido y su aplicación efectiva en la gestión pública continúa siendo un obstáculo relevante.

         

En este contexto global, América Latina ha transitado su propio proceso de institucionalización de la evaluación, influenciado por estas tendencias internacionales, pero también moldeado por sus particularidades políticas, históricas e institucionales. En este sentido, a lo largo del siglo XXI, la evaluación de programas y políticas en la región ha experimentado avances significativos, aunque su consolidación como herramienta efectiva para la toma de decisiones enfrenta todavía diversos desafíos.

Ahora bien, a pesar de que en la actualidad existe un mayor interés por parte de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil en la generación de evidencia que permita mejorar la gestión pública (Székely, 2016), la institucionalización de estas prácticas ha sido desigual, lo que limita su impacto real en la formulación y ejecución de políticas (Arias et al., 2024).

Uno de los principales avances ha sido la creciente sistematización de los procesos de evaluación. En el pasado, la escasez de evidencia limitaba la capacidad de los gobiernos para comprender el impacto de sus intervenciones sociales. Sin embargo, en los últimos años ha emergido una práctica evaluativa más estructurada, sobre todo a partir del mayor desarrollo de las evaluaciones de impacto y de resultados. Paralelamente, se han establecido sistemas nacionales de monitoreo y evaluación en varios países, con el objetivo de fortalecer la rendición de cuentas y mejorar la planificación presupuestaria (Arias et al., 2024).              

No obstante, diversos estudios advierten que el uso de los resultados sigue siendo limitado: con frecuencia, las recomendaciones derivadas de las evaluaciones no se implementan, lo que reduce su potencial transformador (Velásquez, 2016; Pignatta, 2015).

   

Otro desafío persistente en la región tiene que ver con la forma en que se conciben y utilizan las evaluaciones. En muchos casos, su implementación responde más a una lógica de control externo que a una preocupación por el aprendizaje institucional. Esto puede generar resistencia entre los actores involucrados y disminuir la utilidad práctica de la evaluación, así como también generan resistencias en las comunidades (Pérez y Maldonado, 2015).

Frente a este escenario, se vuelve imprescindible avanzar hacia un modelo de evaluación que combine calidad técnica con relevancia práctica, integrando de forma efectiva la generación de conocimiento con su uso en la gestión pública. Para ello, es clave fortalecer el vínculo entre quienes producen y quienes utilizan la evidencia, creando espacios de diálogo y colaboración, así como desarrollando capacidades institucionales para usar la información en procesos de mejora (Pignatta, 2015; Feinstein, 2015).

 

En la Tabla presentada a continuación, podrás revisar las olas de revolución de la evidencia propuestas por White (2019). 

Tabla 1. Las cuatro olas de la ‘revolución de la evidencia’

Ola Descripción Inicio aproximado Enfoque principal
1. Agenda de resultados Introducción de indicadores de resultados para monitorear desempeño. Años 1990 Gestión basada en resultados.
2. Evaluaciones de impacto Expansión del uso de métodos rigurosos (como RCTs) para estimar efectos causales. Desde 2003 Rigor metodológico y causalidad.
3. Revisiones sistemáticas Síntesis de estudios para producir cuerpos acumulativos de evidencia. Desde 2008 Acumulación de evidencia y decisiones informadas.
4. Institucionalización del uso de la evidencia Creación de plataformas, guías y centros de intermediación para facilitar el uso de evidencia en la toma de decisiones. Desde 2010 Accesibilidad, uso práctico y toma de decisiones.

Fuente: Adaptado de The twenty-first century experimenting society: the four waves of the evidence revolution. White, 2019. 

 

1.2 El proceso de institucionalización de la evaluación en LAC

Los sistemas de seguimiento se encuentran en constante transformación (Pérez y Maldonado, 2015). Desde la década de 1990 se han comenzado a institucionalizar sistemas de evaluación nacionales en diferentes países de la región. Estos sistemas han transitado por diferentes desafíos y se han planteado interrogantes sobre las formas en que se hace uso de la evaluación y de la evidencia dentro de las políticas gubernamentales (Arias et al., 2024). Una mirada global sobre la evolución de los sistemas nos ayuda a comprender la complejidad de los procesos de instalación a nivel gubernamental. Pese a las diferencias en cada etapa de desarrollo, la integración de la evaluación como herramienta estratégica para las políticas públicas se ha desarrollado en todos los países de la región.  

La siguiente Tabla resume la evolución de los sistemas de evaluación nacionales, destacando los principales hitos y desafíos que han marcado su desarrollo.

Tabla 2. Evolución de los sistemas de evaluación nacionales en América Latina y el Caribe

Momentos o Etapas Antes del establecimiento de los sistemas Creación de capacidades evaluativas Cambios institucionales y ampliación de sistemas nacionales de evaluación Consolidación de sistemas nacionales Disrupción de sistemas nacionales
Temporalidad 1970-1989 1990-2000 2001-2010 2011-2019 2020-2023
Principales hitos

Sistemas incipientes, poco estructurados.

Realización de primeras evaluaciones con consultores externos

Realización de primeras evaluaciones nacionales, impulsadas por organismos locales e internacionales

Evaluaciones se centran en las áreas de matemáticas y lenguaje

Cambios en los marcos institucionales de los sistemas de evaluación y leyes educativas en diversos países.

16 de los 18 países de la región realizaron algún tipo de evaluación relevante en torno a la medición de aprendizajes estudiantiles.

Actualización de las teorías psicométricas utilizadas en las evaluaciones

Fortalecimiento de prácticas de publicación de resultados y de aspectos técnicos

Aparición de nuevas entidades independientes que realizan labores evaluativas.

Conceptualización de dimensiones como la calidad educativa, el uso de las evaluaciones, y políticas públicas

Ampliación de las dimensiones y temáticas de evaluación

La pandemia COVID-19 afectó la realización de evaluaciones nacionales.

Cambios en la cobertura y tipos de evaluación por la pandemia

Principales desafíos Falta de consolidación y estandarización de los sistemas

Financiamiento y sostenibilidad de los procesos de evaluación son diversos y cambiantes

Incorporación de nuevas teorías en los diseños de evaluación y nuevos temas a evaluar

Difusión y uso de los resultados continúa siendo débil, relacionado también a una baja participación de la sociedad civil

Los Institutos de evaluación enfrentan dificultades técnicas y políticas a raíz de los cambios en la política educativa.

Mayor interés por la evaluación formativa y diagnóstica

Fuente: Adaptación con base en El estado de la educación en América Latina y el Caribe 2024: la medición de los aprendizajes. Arias et al., 2024; y Sobre el desarrollo de los sistemas de evaluación en América Latina y El Caribe. Feinstein, 2015.

 

 1.3 Sistemas nacionales de monitoreo y evaluación: evolución y experiencias en LAC

Los sistemas nacionales de monitoreo y evaluación (M&E) están compuestos por organismos, normas, metodologías y plataformas de datos, que han sido diseñadas para hacer un seguimiento continuo o monitoreo a los indicadores de logro, así como también realizar evaluaciones periódicas, que permitan valorar el diseño, la implementación y los resultados de las políticas y programas públicos en diversos ámbitos, entre ellos, la educación. Estos sistemas contribuyen a la institucionalización de la evaluación, ya que crean mecanismos formales y permanentes para generar, sistematizar y usar la evidencia en la toma de decisiones (Pérez y Maldonado, 2015). 

A lo largo de las últimas tres décadas, los sistemas nacionales de monitoreo y evaluación (M&E) han experimentado una institucionalización gradual y progresiva que los ha llevado desde un panorama de evaluaciones aisladas, encargadas a consultores externos, hacia marcos permanentes de gestión pública, con unidades y estructuras dedicadas específicamente a M&E dentro de las administraciones estatales (Burdescu, del Villar, Mackay, Rojas, y Saavedra, 2005). 

El siguiente cuadro sintetiza algunos de los sistemas de monitoreo y seguimiento de la región, específicamente aquellos de dependencia estatal y/o gubernamental y que han alcanzado un nivel importante de desarrollo en 6 países de América Latina. 

Tabla 3. Sistemas nacionales de M&E en países de LAC.

País Institución clave Alcance y funciones
Brasil Instituto Nacional de Estudios e Pesquisas Educacionais (INEP) Coordina las evaluaciones censales de rendimiento escolar (Prova Brasil, ENEM) y produce datos para el PNAD (Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios). Además, está también la Secretaria de Avaliação e Gestão da Informação (SAGI), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de Brasil.
Chile Dirección de Presupuestos (DIPRES) y Ministerio de Educación A través de la Ley de Presupuesto, DIPRES exige evaluaciones de impacto y gestión; el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) realiza evaluaciones docentes y curriculares.
Colombia Departamento Nacional de Planeación (DNP) e Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) El DNP articula el Sistema Nacional de Evaluación de la Gestión y Resultados (SIER), que monitorea programas sectoriales; ICFES implementa pruebas SABER a nivel nacional para primaria, secundaria y superior.
México Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) Supervisa el Sistema de Monitoreo y Evaluación de los programas sociales, publica informes sobre pobreza multidimensional y evalúa resultados de políticas federales.
Perú Sistema de Monitoreo y Evaluación de Resultados (SISMER) – Ministerio de Economía y Finanzas Integra el Marco de Mediano Plazo y reportes anuales de desempeño; la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) evalúa la gestión de recursos humanos públicos.
Uruguay Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) Opera el Sistema de Evaluación de Programas y Proyectos (SE-PP), que incluye revisiones periódicas de impacto y eficiencia de los programas sociales y educativos.

Fuente: Panorama de los sistemas nacionales de monitoreo y evaluación en América Latina. Pérez. & Maldonado (Eds.), 2015.

Esta transformación no sólo ha ampliado el alcance de la evaluación, sino que ha incorporado a una diversidad de enfoques y actores: al monitoreo continuo de indicadores de gestión se ha sumado la realización de evaluaciones de impacto y de resultados, convocando no sólo a ministerios, organismos de planificación y contralorías, sino también a agencias especializadas en diferentes sectores fuera del aparato estatal (Banco Mundial, 2013).

Paralelamente, la consolidación de capacidades técnicas se ha convertido en un desafío permanente. Si bien se ha avanzado en la formación de recursos humanos en metodologías rigurosas, la sostenibilidad financiera de estos equipos y la renovación continua de sus competencias siguen dependiendo de fondos fluctuantes y proyectos específicos (Pérez y Maldonado, 2015).

Finalmente, a pesar del notable crecimiento en la producción de datos y estudios evaluativos, su uso efectivo para ajustar o rediseñar políticas públicas continúa siendo limitado. Esta brecha entre la generación de evidencia y su aplicación práctica evidencia la necesidad de fortalecer los canales de comunicación y los espacios de diálogo entre evaluadores y tomadores de decisiones, de modo que los hallazgos puedan traducirse en acciones concretas que mejoren los programas y políticas en la región (Burdescu et al., 2005).

Actividad de reflexión
 

Para reflexionar…

🕒 Tómate unos minutos y reflexiona sobre las siguientes preguntas, a partir de tu propia experiencia. 

🎯 El objetivo de esta actividad es ayudarte a activar conocimientos previos y establecer conexiones significativas con los temas que exploraremos. 

📝 Deja registro de tus respuestas en tu cuaderno o bitácora de estudio personal. 

  • ¿Cómo ha evolucionado la práctica evaluativa en tu institución y/o en tu país?
  • ¿Quiénes participan de los procesos de monitoreo, seguimiento y evaluación en tu país?
  • ¿Sabes cómo se articulan? 
  • ¿Qué impacto tiene la organización y gestión de estos sistemas en las políticas y programas educativos en tu país?
  • ¿Qué impacto tiene la organización y gestión de estos sistemas en tu propia práctica profesional?
 

 

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