Currículum
Curso: Curso: "Evaluar para Mejorar: Fortalecie...
Acceso

Curriculum

Curso: "Evaluar para Mejorar: Fortaleciendo la cultura de la evaluación en América Latina y el Caribe"

Text lesson

3. Comprender a fondo la intervención que se va a evaluar

Antes de evaluar cualquier intervención, es esencial entenderla en toda su complejidad. Esto implica crear una visión clara y compartida sobre lo que el proyecto busca lograr, a quién beneficia y cómo pretende hacerlo. Esta descripción inicial debe incluir aspectos como:

  • El problema que busca resolver: ¿Qué desafío o problema específico intenta abordar la intervención? Por ejemplo, un programa educativo podría enfocarse en mejorar las habilidades digitales de jóvenes en áreas rurales para reducir las brechas tecnológicas.
  • La población objetivo: ¿Quiénes son las personas o grupos a los que se espera beneficiar? Esto podría incluir estudiantes, docentes, comunidades locales, entre otros.
  • Las actividades y recursos disponibles: ¿Qué acciones se llevarán a cabo para alcanzar los objetivos? ¿Qué recursos financieros, humanos y tecnológicos se tienen para implementarlas?
  • El estado de implementación: ¿En qué fase se encuentra el proyecto? ¿Está en piloto, expansión o consolidación?

           

 

Este análisis inicial es fundamental porque permite:

🧩 Poner a prueba la lógica interna: Evaluar si las acciones planificadas tienen sentido y si, dadas las condiciones del contexto, es realista esperar que se logren los resultados esperados. Por ejemplo, si se quiere mejorar la calidad de enseñanza a través de capacitaciones, es necesario comprobar que los docentes tienen acceso a la tecnología y el tiempo necesario para participar.

🔍Identificar posibles discrepancias: Ayuda a descubrir diferencias en las expectativas de las partes involucradas. Por ejemplo, el equipo de diseño podría esperar un impacto inmediato, mientras que los implementadores en terreno saben que el cambio será más gradual.

🎯 Acotar el alcance de la evaluación: No siempre es necesario evaluar todo el programa. Por ejemplo, se puede enfocar en un componente específico (como la formación docente), en un contexto particular (como una región específica) o en un grupo más reducido (como mujeres jóvenes en formación técnica). Esto permite ajustar mejor los esfuerzos y recursos disponibles para la evaluación.

3.1 Revisar la evidencia disponible: aprendizajes previos y vacíos por explorar

Antes de diseñar una evaluación, es fundamental revisar la evidencia existente sobre la intervención que se quiere analizar. Esto permite evitar duplicar esfuerzos, enfocar las preguntas de evaluación en áreas críticas y maximizar el valor de los hallazgos. En esta etapa, el objetivo es entender qué se sabe ya sobre el diseño, implementación y resultados de intervenciones similares, o sobre la misma intervención, y dónde existen vacíos que vale la pena explorar.

¿Por qué es importante revisar la evidencia previa?

  • Evita repetir análisis innecesarios: Si, por ejemplo, se va a evaluar un programa de mentorías para jóvenes, puede ser útil revisar estudios previos que ya hayan analizado su impacto en retención escolar o habilidades socioemocionales. Esto permite construir sobre conocimientos existentes en lugar de empezar desde cero.
  • Identifica vacíos críticos: Si la mayoría de los estudios disponibles se han centrado en contextos urbanos, podría ser relevante enfocar la evaluación en cómo funciona el mismo programa en zonas rurales, donde los desafíos pueden ser diferentes.
  • Ayuda a formular preguntas más precisas: Si hay evidencia contradictoria, como resultados positivos en algunos países pero no en otros, esto puede guiar preguntas como: ¿Qué factores contextuales influyen en el éxito del programa? ¿Cómo afectan las diferencias culturales o económicas?

Enfoques para revisar la evidencia:

La profundidad de esta revisión puede abarcar desde una mirada exploratoria hasta una revisión sistemática con análisis comparativos entre estudios. Ambos enfoques son válidos y dependen del tiempo disponible, los recursos, y los objetivos de la evaluación; como se detalla a continuación:

  • Revisión exploratoria: se utiliza para mapear la evidencia disponible sobre un tema amplio, identificar vacíos en el conocimiento y explorar cómo se ha investigado un área específica. Puede considerar la búsqueda y revisión de documentos clave, informes internos o investigaciones previas para tener una visión general de lo que se sabe. Por ejemplo, si se quiere evaluar un programa de alfabetización digital, esto podría incluir reportes institucionales, artículos académicos o experiencias similares en otros países de la región. Este enfoque es útil cuando hay poco tiempo o recursos, y permite identificar tendencias generales, vacíos de información y posibles preguntas para la evaluación.
  • Revisión sistemática: Es un proceso más riguroso que incluye definir criterios claros para buscar estudios relevantes, evaluar la calidad de cada fuente y comparar hallazgos de forma estructurada. Por ejemplo, si se quiere medir el impacto de un programa de aprendizaje basado en proyectos, una revisión sistemática podría incluir estudios controlados, meta-análisis y revisiones anteriores para identificar patrones consistentes y diferencias significativas.

El valor de integrar diferentes enfoques:

A veces, los hallazgos pueden ser contradictorios. Esto puede deberse a diferencias en la implementación, las características del grupo objetivo o los contextos locales. Entender estas diferencias permite formular preguntas más específicas y relevantes para el análisis, como: ¿En qué condiciones el programa es más efectivo? ¿Cuáles son los factores que más influyen en su éxito o fracaso?

 

 

Haz clic en siguiente/next para avanzar ➡️