Antes de evaluar cualquier intervención, es esencial entenderla en toda su complejidad. Esto implica crear una visión clara y compartida sobre lo que el proyecto busca lograr, a quién beneficia y cómo pretende hacerlo. Esta descripción inicial debe incluir aspectos como:
Este análisis inicial es fundamental porque permite:
🧩 Poner a prueba la lógica interna: Evaluar si las acciones planificadas tienen sentido y si, dadas las condiciones del contexto, es realista esperar que se logren los resultados esperados. Por ejemplo, si se quiere mejorar la calidad de enseñanza a través de capacitaciones, es necesario comprobar que los docentes tienen acceso a la tecnología y el tiempo necesario para participar.
🔍Identificar posibles discrepancias: Ayuda a descubrir diferencias en las expectativas de las partes involucradas. Por ejemplo, el equipo de diseño podría esperar un impacto inmediato, mientras que los implementadores en terreno saben que el cambio será más gradual.
🎯 Acotar el alcance de la evaluación: No siempre es necesario evaluar todo el programa. Por ejemplo, se puede enfocar en un componente específico (como la formación docente), en un contexto particular (como una región específica) o en un grupo más reducido (como mujeres jóvenes en formación técnica). Esto permite ajustar mejor los esfuerzos y recursos disponibles para la evaluación.
3.1 Revisar la evidencia disponible: aprendizajes previos y vacíos por explorar
Antes de diseñar una evaluación, es fundamental revisar la evidencia existente sobre la intervención que se quiere analizar. Esto permite evitar duplicar esfuerzos, enfocar las preguntas de evaluación en áreas críticas y maximizar el valor de los hallazgos. En esta etapa, el objetivo es entender qué se sabe ya sobre el diseño, implementación y resultados de intervenciones similares, o sobre la misma intervención, y dónde existen vacíos que vale la pena explorar.
¿Por qué es importante revisar la evidencia previa?
Enfoques para revisar la evidencia:
La profundidad de esta revisión puede abarcar desde una mirada exploratoria hasta una revisión sistemática con análisis comparativos entre estudios. Ambos enfoques son válidos y dependen del tiempo disponible, los recursos, y los objetivos de la evaluación; como se detalla a continuación:
El valor de integrar diferentes enfoques:
A veces, los hallazgos pueden ser contradictorios. Esto puede deberse a diferencias en la implementación, las características del grupo objetivo o los contextos locales. Entender estas diferencias permite formular preguntas más específicas y relevantes para el análisis, como: ¿En qué condiciones el programa es más efectivo? ¿Cuáles son los factores que más influyen en su éxito o fracaso?
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