2.1 Desafíos actuales y caminos hacia una cultura de evaluación
Desarrollar una cultura de la evaluación es una tarea clave que involucra a todos los actores que participan de la evaluación de programas y políticas educativas, y en los distintos momentos de su desarrollo.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, cuando pensamos en una «cultura de evaluación» nos referimos a: “Normas, ideas y formas de trabajo colectivas, formales e informales, de una institución en las que se apoyan empleados y asociados, y que animan a estos a buscar información sobre resultados que sea creíble, a aprender de ella y a actuar al respecto. Cultura que promueve y alienta a las personas a pensar de manera crítica en relación con el diseño, la ejecución y los efectos de las intervenciones, entre otras cosas sobre su pertinencia, coherencia, eficiencia, eficacia, impacto y sostenibilidad. Esta labor comporta conocer las relaciones causales, verificar los supuestos y tener en cuenta la evidencia generada internamente o por actores externos sobre lo que funciona y lo que no, por qué y para quién, y ajustar las medidas adoptadas en consecuencia.” (OCDE, 2023, p. 26). |
A pesar de los esfuerzos por establecer una cultura de evaluación en la región, aún persisten múltiples retos para su consolidación. Podemos sintetizar desafíos y necesidades en al menos cuatro grandes dimensiones:
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1. El fortalecimiento de capacidades técnicas para desarrollar evaluaciones y para usar evidencia | 2. El fomento de la colaboración entre los actores implicados en la evaluación | 3. La diversificación de las estrategias y formas de evaluar | 4. El desarrollo de evaluaciones con foco en la mejora |
A continuación, te presentamos algunos estudios que han profundizado en estos desafíos.
En el contexto de la recuperación de aprendizajes producto de los efectos de la pandemia, el estudio de Mancebo y Vaillant (2022) identifica cuatro dimensiones clave que deben ser potenciales por los sistemas educativos para la construcción de políticas y programas. Estas sugerencias están destinadas a mejorar la efectividad de las soluciones que están atendiendo hoy el desafío de la mejora de los aprendizajes.
Por su parte, el estudio de Arias et al. para el BID (2024) enfatiza en la necesidad de fortalecer la cultura de la evaluación educativa en los sistemas nacionales de educación de la región. Al respecto, se destaca que estos sistemas son heterogéneos y tienen distintos niveles de madurez. Sin embargo, comparten desafíos comunes, entre los que destacan :
En SUMMA hemos trabajado en sistematizar los aprendizajes y la experiencia acumulada a lo largo de diversos proyectos e iniciativas, como en el caso del Fondo Impacto EDU-LAC, cuyos principales hallazgos se recopilan en el libro Evaluando para mejorar (2024).
Lecciones desde la práctica: ¿Qué hemos aprendido desde SUMMA?
La experiencia del Fondo Impacto EDU-LAC El Fondo Impacto EDU-LAC ha permitido generar evidencia rigurosa a través de la evaluación de innovaciones educativas en América Latina y el Caribe, favoreciendo el desarrollo de investigaciones relevantes y localmente situadas para la mejora de los aprendizajes. El Fondo promueve un enfoque que concibe a la evaluación como un proceso sistemático y continuo que permite analizar la efectividad de programas educativos. A partir del análisis y la reflexión sobre los procesos de evaluación llevados a cabo en el marco del Fondo, se desprenden una serie de aprendizajes en torno a los desafíos y necesidades que existen en la región para fortalecer la cultura de la evaluación. Estos aprendizajes son fundamentales para guiar futuras iniciativas y mejorar las intervenciones (SUMMA, 2024):
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A continuación, retomamos algunos de estos aprendizajes para introducir el enfoque de la evaluación que proponemos desde SUMMA.
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