Una vez definidos el alcance y el diseño de una evaluación, llega el momento de pasar a la acción: la ejecución de esa evaluación. En ella, se aplica el diseño definido y se da inicio al trabajo de campo. Esta etapa es crucial porque de ella depende la calidad de la información que se obtenga. Aunque el diseño sea sólido y el alcance esté adecuadamente definido y se cuente, por tanto, con preguntas y metodologías pertinentes, si la ejecución no se lleva a cabo con cuidado, los resultados pueden perder valor y utilidad. Por ello, este momento es clave.
En ese sentido, el propósito principal de esta etapa es reunir información sólida y confiable, que permita que los resultados y hallazgos sean precisos y realmente útiles para la toma de decisiones (Phillips, T. B., et. al., 2014).
Otra razón por la que es clave esta etapa es porque en ella suelen ocurrir la mayoría de contratiempos y desafíos. Por ejemplo, instituciones que se dan de baja justo antes de comenzar la evaluación; informantes clave que no pueden ser contactados o deciden no participar; bajas tasas de respuesta a una encuesta, etc. Todo esto es parte del proceso. Lo importante es prevenir estos riesgos, planificar de manera anticipada la ejecución, realizar un seguimiento permanente que permita mantener la evaluación en curso y contar con mecanismos de seguimiento que permitan adaptarnos al contexto y situaciones imprevistas sin perder el foco ni la rigurosidad.
En este sentido, resulta muy importante llevar a cabo un análisis previo de potenciales desafíos y acordar posibles estrategias para afrontarlos y/o mitigarlos. Asimismo, es clave registrar los aprendizajes que se dan sobre la marcha y trabajar sobre las lecciones aprendidas.
En general, no es recomendable modificar las actividades de evaluación una vez iniciadas, ya que desviarse del enfoque sistemático puede introducir sesgos o errores que afecten la validez de los resultados. Sin embargo, en algunos casos pueden surgir circunstancias que justifiquen ajustes. Ante estos escenarios, los equipos deberán analizar conjuntamente la situación y definir cómo proceder, garantizando que cualquier cambio esté bien fundamentado, documentado y no comprometa la integridad de la evaluación.
A lo largo del módulo, profundizaremos en buenas prácticas para la recolección de datos y en el manejo de desafíos durante la ejecución de la evaluación.
📚 Recursos recomendados:
Para profundizar en más detalles sobre la ejecución de la evaluación y el tipo de gestiones y habilidades que requiere esta etapa, te recomendamos consultar los siguientes materiales:
Recurso para profundizar en la ejecución de la evaluación: Willard, A. (2008) Managing and Implementing an Evaluation. Guidelines and tools for Evaluation Managers. Catholic Relief Services & American Red Cross. https://www.betterevaluation.org/sites/default/files/memodule_manage.pdf
Recurso para profundizar en las habilidades necesarias para la ejecución de la evaluación: HM Treasury. (2020) Magenta Book. Central Government guidance on evaluation. https://assets.publishing.service.gov.uk/media/5e96cab9d3bf7f412b2264b1/HMT_Magenta_Book.pdf. [Capítulo 7].
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